A partir de entonces Harry tiene que vivir con sus tíos en
Privet Drive, Little Whinging, Surrey, un barrio residencial de Londres, hasta
que pudo incorporarse al Colegio Hogwarts de magia cumplidos los once años. Tío
Vernon era director de una empresa llamada Grunnings, que fabricaba taladros.
Corpulento y rollizo, casi sin cuello, aunque con un bigote inmenso. No era
modelo de amabilidad, a pesar de las apariencias. Consintió que Harry viviera
en su casa pero le obligó a ocupar la alacena en el hueco de la escalera. Tía
Petunia, hermana de su madre, era delgada, rubia y tenía un cuello casi el doble
de largo que lo habitual. No había podido estudiar en el Colegio Hogwarts por
carecer de condiciones, pero entendía que Harry debía vivir con ella para
salvar su vida. Su primo Dudley era como su padre, grueso, casi redondo, muy
mimado y caprichoso. Disponía de dos habitaciones, una para él y otra para sus
juguetes; varios años después Harry pudo recuperar ésta como dormitorio. En
resumen: “Tío Vernon era corpulento, carecía de cuello y levaba un gran bigote
negro; tía Petunia tenía cara de caballo y era huesuda; Dudley era rubio,
sonrosado y gordo” (Harry Potter y la cámara secreta, p.11)
Consecuencia de tantos años viviendo bajo la escalera, sin
poder jugar con otros niños, mal vestido -heredaba la ropa de su primo y de su
tío-, sin recibir regalos por su cumpleaños o Navidad -mientras su primo llegó
a recibir mas de 30 regalos de golpe-, hizo que Harry creciera poco y siempre
muy pálido. La historia nos dice exactamente que “era pequeño y flacucho, con
ojos de un verde brillante y un pelo negro azabache siempre alborotado. Llevaba
gafas redondas y en la frente tenía una delgada cicatriz en forma de rayo”
(Harry Potter y la cámara secreta, p. 11)
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